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2016

Contenidos con fecha 2016

La otra lucha

por Harold Cardenas Lema 3 noviembre 2016
escrito por Harold Cardenas Lema

La Revolución Cubana es una sola pero los hombres que la componen son diversos. Cada uno con su propia interpretación del marxismo y lo revolucionario. Agrupados en líneas de pensamiento de izquierda que históricamente han pugnado en el campo de las ideas. El destino del país a menudo se dibuja conforme a los desenlaces entre unos y otros, donde vemos momentos de avances y retrocesos, en dependencia de la posición que se ocupe en la contienda. Mucho de lo que está pasando actualmente son las consecuencias de esta lucha invisible, que no es la externa por la soberanía del país pero igual de trascendental.

Es una realidad objetiva, independientemente de que sus protagonistas tengan conciencia o no del fenómeno, todos los que asumen una postura política se enmarcan en una corriente determinada en el abanico del pensamiento cubano. La brevedad de este texto no permite profundizar en el fenómeno pero sí referirse a grandes rasgos sobre las consecuencias que tiene en el presente. Por razones de militancia y buscando particularizar en los aspectos más significativos del debate, me centro en las fuerzas que nutren el proceso político que conocemos como Revolución Cubana.

Debemos comenzar quizás por la rebelión de los marinos en Kronstadt contra al poder soviético, un hecho que no hubiera repercutido en Cuba de no ser por sus consecuencias. Ocurrió una semana antes del X Congreso del PCUS y dio origen a dos resoluciones, una que apelaba a la unidad del Partido y otra que criticaba las desviaciones sindicalistas y anarquistas en el mismo. Resultado: se silenció e invisibilizó el espectro de pensamiento al interior del partido soviético. Muy difícil que los cubanos escapáramos de este fenómeno, cuando fundamos el primer partido comunista y lo refundamos luego en el 1965 bajo la influencia “exitosa” de la URSS, esta fue siempre una importación más.

Los hombres y mujeres de este país son herederos de una carga histórica importante. Venimos de una mezcla particular que combinó la doctrina marxista europea con las ideas chinas acerca del comunismo, el trotskismo, sindicalismo, la línea soviética estalinista, el browderismo estadounidense y el socialismo autóctono cubano. Somos los hijos y nietos del Partido Socialista Popular, del Directorio Revolucionario, del Movimiento 26 de Julio, de mis abuelos que aprendieron a leer y escribir con la Revolución. Asimilamos de ellos sus virtudes y defectos.

Fundamos este proyecto social con un espíritu inclusivo que permitió a diversas fuerzas unirse y ser representados por sus máximos representantes. Sabíamos darle espacio a todos, la doctrina fidelista era inclusiva a pesar de las desviaciones que pronto comenzaron a suceder. Los intentos por secuestrar el poder alcanzado hacia una sola dirección eran abortados, ni siquiera Aníbal Escalante pudo subordinar este país a los esquemas de un aliado como era la Unión Soviética.

Pero, ¿acaso el tiempo y las contradicciones pueden lograr lo que no pudo la microfracción en los sesenta?

La historia reciente está marcada por procesos de contracción y distensión cíclicos. Pero ni siquiera en el momento más oscuro, es legítimo el desconocimiento de alguno de los sectores revolucionarios que componen el proyecto nacional. En los últimos meses ha ocurrido una acumulación de contradicciones que requieren reacciones inteligentes. La impotencia de no saber lidiar con ellos por su complejidad no puede provocar daños colaterales, mucho menos la imposición de una línea de pensamiento sobre el silencio del resto.

Siendo incluso más específico, el problema no es que Julio Antonio Fernández Estrada escriba en un medio extranjero sino nuestra incapacidad para crearle un espacio en los medios nacionales, cuando no me cabe duda de que es un revolucionario, no por herencia sino por formación. La marginación de personas así, son torpezas calculadas que los llevan al abismo y aquel que resbala o cae, es acusado de que siempre quiso saltar. Parafraseando a David en Fresa y Chocolate, esta es precisamente la parte de la Revolución que no es la Revolución.

Cada revolucionario de verdad se ha visto alguna vez en la disyuntiva de no entregarse a la derecha y verse incomprendido en sus propias filas, pero ninguno claudica. Lo saben Julio Antonio Mella, Rubén Martínez Villena, Antonio Guiteras y muchos a los que la historia luego les ha dado la razón. Lo supo Fidel Castro al asaltar el Moncada y ver cómo otras fuerzas revolucionarias se desmarcaban rápido de la acción. Si hace sesenta años nos costaba la vida ser revolucionarios, hoy nos cuesta mucho menos pero es igual de injusto e innecesario.

El uso del poder para favorecer una corriente específica, solo provoca la enajenación del resto de las fuerzas. Ninguna interpretación particular o grupal sobre la ideología puede escamotear el derecho a coexistir en el poder de otras corrientes revolucionarias en el país. Para que este axioma sea realidad, debe tenerse cuidado también que fuerzas de derecha no se hagan pasar por izquierda o asuman el discurso revolucionario. Es momento de definiciones para los cubanos, lo cual no significa asumir discursos trillados ni quedarnos en la comodidad de lo políticamente correcto, pero sí despejando el ambiente.

La ambigüedad termina haciendo favores a la derecha y aprovechando la diversidad para crear desunión. En cambio, secuestrar lo “revolucionario” y convertirlo en posturas maniqueas incapaces de generar empatía en las grandes masas, es un error y un suicidio. Ni siquiera está acorde al espíritu guerrillero de hace medio siglo. Toca fortalecer nuestra unidad sobre el respeto a las diferencias y mejorar la representación de las fuerzas revolucionarias que componen nuestro proyecto, donde todas son legítimas al tener base social cada una.

Mientras tanto, en un ambiente enrarecido como el actual debemos aprender que docilidad y definición revolucionaria tampoco son sinónimos. Que mientras ocurre esta pugna entre nosotros el capitalismo gana terreno cada día en el sector económico y el imaginario social. Que pueden ocurrir escaramuzas y podemos ser injustos si no buscamos la integración y respeto a las diferencias de opiniones entre nosotros mismos. Que crear espacios propios es imperativo, pero hacerlos desde la verticalidad los desarma en su potencialidad.

Lograr un parlamento en la trinchera es algo muy repetido, pero parcialmente logrado. Mejor estar unidos porque en el futuro se avizora una fuerte lucha de clases y en el presente hay una pugna entre nosotros mismos. Pero ya no vivimos en el pasado, no habrá un regreso al dogmatismo de los setenta sin una pelea.

El pacto en que se fundó la Revolución respetaba la diversidad en el pensamiento revolucionario y sabía utilizarla en su favor, no la menospreciaba ni le parecía peligrosa. Sería bueno recordar eso en todo momento.

La única manera que tienen los revolucionarios cubanos de coexistir y trabajar mancomunadamente es reconocer la diversidad entre sí, la importancia de la unidad entre todos y la legitimidad de representación que tiene cada uno de ellos. Esa es la otra lucha que pocos advierten pero igual de trascendental.

3 noviembre 2016 133 comentarios 454 vistas
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Debates y rateros

por Consejo Editorial 31 octubre 2016
escrito por Consejo Editorial

Alerta. Cierren puertas y ventanas, asegúrenlas bien, pongan rejas y levanten cercas. Hay ladrones en el vecindario. Pero son ladrones singulares, no robarán su carro, no robarán la bicicleta de su hijo, no robarán sus electrodomésticos.

Robarán sus debates.

Si echamos un vistazo al pasado reciente, casi inmediato, vemos un curioso historial de robo de debates en la esfera pública cubana. Debates secuestrados de sus espacios, sacados de su contexto, arrebatados a la carrera de las manos de sus cultores.

La contrarrevolución, al ser incapaz de generar sus propios debates, se ha dedicado a robar los debates de los revolucionarios.

Ponerlos a su servicio y por arte de magia convertir un debate revolucionario, en un debate de y para los contrarrevolucionarios.

Ocurrió con el dilema de la prensa y los medios de comunicación en Cuba. Ante lo cual Aixa Hevia alertó del robo en su texto Verde con puntas es guanábana: ¨Constantemente hemos estado diciendo los problemas que tiene nuestra prensa, en todos nuestros espacios, pero son nuestros espacios¨

El subrayado es mío.

Otro debate robado fue el de qué tipo de actitudes dentro de la Revolución en el momento actual de Cuba son verdaderamente revolucionarias y cuales en la práctica constituyen obstáculos, o sea actúan como contrarrevolucionarias.

Este siempre había sido un debate interno de todos los movimientos históricos, de todos los partidos comunistas, de las organizaciones sociales en medio de alguna revolución. Pero de buenas a primeras es aprovechado por la contra del patio.

Lamentablemente estos robos tienen un efecto negativo en la participación del propio sector revolucionario. En el éxito o avance del debate mismo. Recordemos cómo en la controversia sobre los medios la energía se fue por el incidente asociado a la intervención de Karina Marrón en una reunión de la UPEC, incluyendo la eliminación por quién la difundió de la frase: ¨Sabemos quién es Ravsberg¨

Entonces ese evento que aunque menor no deja de tener importancia y consecuencias, se llevó el show, se convirtió en un falso catalizador y finalmente desvió el debate sobre los medios.

Ahí es donde los revolucionarios se distrajeron y desperdiciaron su energía en condenar o defender al periodista que las divulgó o al omitido uruguayo. Para ni tan siquiera prestarle la merecida atención a lo más importante dicho por la subdirectora de Granma en su alerta sobre ¨la tormenta perfecta¨

El debate sobre la prensa en el socialismo no va a terminar, pero sí fue frustrado uno de sus momentos que pudieron haber aportado más. Porque por encima de robar el debate del momento, la contra tiene un objeto codiciado permanente: Frustrar todos los debates.

Contaminarlos lo suficiente para que los propios revolucionarios que los iniciaron se aparten de ellos.

Recordemos como ante el debate sobre la Conceptualización, sectores de esa contra disfrazados con colores de centro, echaron a rodar una acelerada campaña de deslegitimación al ejercicio del debate de ideas en Cuba dentro de un marco institucional.

Y ahí llama la atención el modus operandi de los ladrones, porque hay debates que se roban y debates que no se roban. Agarran los que les conviene y es lógico que no les convenía un debate sobre cómo debe ser el socialismo en Cuba, porque sería de locos sugerir mejoras en lo que precisamente tratan de destruir.

Entonces más que poner candado y encerrarnos, lo que debemos hacer los revolucionarios es aprender de todo esto, no dejarnos robar los debates, no dejarnos distraer de ellos, no dejarnos encandilar por lo menos importante convertido en espectáculo. Por lo mínimo maximizado.

Y sobre todo seguir debatiendo, ningún debate está cerrado, están más abiertos que nunca. Nosotros debatimos porque generamos ideas, porque creamos una ideología, porque tenemos una causa lograda, porque poseemos cosas para mejorar. Instituciones, un sistema, un poder, una Revolución.

Ellos no tienen nada.

La fábrica de debates la tenemos nosotros.

31 octubre 2016 65 comentarios 1,1K vistas
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Sobre Comunistas y un proyecto social

por Consejo Editorial 28 octubre 2016
escrito por Consejo Editorial

Hace un rato un comentarista de LJC nos preguntaba sobre lo que sucedería en Cuba una vez que se eliminara el bloqueo: “¿Podrán existir entonces periodistas o blogueros independientes recibiendo donaciones monetarias en sus respectivas paginas? ¿Podrán acceder todos los cubanos a la internet sin que el gobierno cubano bloquee páginas como YouTube etc.?”

Bueno, primero, ahora me entero de que en Cuba estaba bloqueado You Tube, sobre lo otro, es como si la palabra Democracia se hubiese inventado solamente para aplicarla a Cuba. Hay países que encarcelan periodistas, asesinan a civiles con Drones, tienen cárceles secretas, despiden a decenas de miles de trabajadores, dan golpes de estado…y sin embargo nadie los critica mientras la prensa corporativa hace mutis por el foro.

En lo personal no me queda la menor duda de que como dijo Silvio Rodríguez en Cuba tenemos muchas más razones para defender nuestro proyecto social que para entregarlo, pero de todas formas cada día encuentro ejemplos para reafirmarlo.

Ayer leía la noticia de que en Alemania el joven no puede ser profesor universitario por ser comunista. Así mismo es, según un decreto vigente desde 1972 todos los funcionarios o personas que trabajan en el sector público deben recibir el visto bueno del servicio secreto alemán. Ser comunista es un peligro.

El también llamado “Decreto de los radicales” se especifica que la fidelidad al orden constitucional es un requisito para poder trabajar en el sector público. Se agrega que después de la caída del muro de Berlín, en la antigua República Democrática Alemana se hizo una auténtica limpieza en el profesorado, desde infantil hasta universitario y cientos de profesores fueron despedidos por ser comunistas.

Eso fue ayer. Hoy leo que Paul Craig Roberts -ex subsecretario del Tesoro en la administración Reagan- habla sobre las elecciones en los Estados Unidos y de sus dudas sobre la memoria de los norteamericanos. Según Roberts, en Estados Unidos las elecciones están amañadas, y que en este caso ya los oligarcas eligieron a Hillary Clinton para ser presidenta.

Para que no queden dudas de lo que dice, cita dos ejemplos. El robo de los votos de Chicago por el alcalde Richard J. Daley para el entonces candidato presidencial John F. Kennedy y más reciente en el año 2000 en la Florida cuando impidieron el conteo de los votos en contra de Al Gore. Agrega que se conocen las discrepancias entre las encuestas y los resultados contados por las máquinas de votación electrónica, secretamente programadas.

Dos consejos da Craig Roberts a los votantes:

Primero, no hay que creer en las encuestas que dicen que Hillary está por delante. Los encuestadores trabajan para las organizaciones políticas y estas prefieren que Hillary gane.

Segundo, no hace falta votar en la primera parte del día. El propósito de la votación temprana es mostrar a la élite gobernante cómo se perfila la votación. A partir de esta información, los oligarcas deducen cómo programar las máquinas electrónicas con el fin de elegir a su candidato predilecto.

¿Qué sucedería en una Cuba sin Revolución? Bueno pues que los comunistas serían marginados, sacados de sus trabajos y mirados como “radicales”. No pasaría nada, la prensa corporativa no lo criticaría, como no lo ha hecho con lo que sucede en Alemania o en otros países ex comunistas.

En esa “Cuba democrática” existirían varios partidos políticos pero los oligarcas amañarían los resultados para que los que gobiernen sean los que respondan a los intereses de las élites. Un amigo me decía, bueno, pero en Alemania existe el Partido Comunista. Ok, le respondo, pero de qué sirve si los marginan y la gente tiene miedo a militar en él porque serían excluidos de cargos públicos.

Hoy fue uno de esos días en que desperté temprano, me tuve que “fajar” con el transporte para venir a la Universidad entre otras vicisitudes, pero como dije antes, los cubanos tenemos muchas más razones para mantener y mejorar nuestro proyecto que para perderlo.

28 octubre 2016 127 comentarios 556 vistas
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El día después

por Harold Cardenas Lema 27 octubre 2016
escrito por Harold Cardenas Lema

Ayer no hubo una nación en el mundo que apoyara el bloqueo estadounidense a Cuba, la administración Obama dio un paso más hacia el acercamiento entre ambas naciones. Podemos explicar las razones por las que lo hizo, aludir al favorable contexto doméstico para dar estos pasos, a la marginación de EU respecto al mundo en lo que se refiere a Cuba. Podemos estar claros de que el bloqueo aún se mantiene, con programas para cambio de régimen, con la OFAC persiguiendo nuestras finanzas.

Podemos encontrar muchas explicaciones de por qué ocurrió el 17D y lo que ha venido pasando después, incluso podemos reclamarle un rosario de cuestiones al mandatario estadounidense, pero en el fondo, incluso teniendo que jugar según las reglas que le impone el cargo, Obama viene dejando un legado que ningún presidente estadounidense pudo o quiso ejecutar respecto a Cuba. Y eso tiene su mérito.

Ojalá llegue el día en que prime el respeto entre ambas naciones por encima de cualquier diferencia ideológica. Es algo en lo que nosotros debemos aprender también, para alejarnos de las simplificaciones o explicaciones maniqueas sobre qué es Estados Unidos y cómo funciona. Ellos deberán respetar el deseo soberano de un pueblo de regir su propio destino.

Cuando llegue ese día en que no tengamos el sabotaje externo para el proyecto político interno, los cubanos recobraremos libertades sacrificadas en esta guerra (algunas como el derecho a viajar o entrar a un hotel las hemos ido recuperando), habrá más espacio para la participación política de todas aquellas fuerzas que realmente tengan un respaldo social, estaremos menos condicionados desde fuera y Cuba será un mejor país. Podremos ensayar el Socialismo, lograrlo, superarlo o ensayar otra cosa, pero en nuestros términos. No nos hacemos ilusiones, ese día aún está lejos, pero no está de más visibilizarlo. Ayer celebramos una causa justa, hoy toca luchar por ese futuro.

27 octubre 2016 168 comentarios 403 vistas
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#CubaVsBloqueo

por Consejo Editorial 26 octubre 2016
escrito por Consejo Editorial

Hoy es la votación en la ONU sobre la necesidad de poner fin el bloqueo cubano. Compartimos con ustedes esta fotografía de la Guerrilla de la Blogosfera Cubana de la que somos parte, que Granma tuvo la deferencia de sumar a esta justa campaña. Estamos seguros que esta será otra votación aplastante, un día honroso para la diplomacia cubana, otro día triste para los principios en que se fundaron los Estados Unidos de América. Seguiremos aspirando a una relación de respeto mutuo entre nuestras naciones. Por ahora: #YoVotoVsBloqueo

26 octubre 2016 101 comentarios 407 vistas
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Cuba y el show político

por Harold Cardenas Lema 25 octubre 2016
escrito por Harold Cardenas Lema

La política se ha ido de las manos. Hoy día los funcionarios públicos llegan a los cargos electos después de engrasar con dinero, mucho dinero, los medios de comunicación y todas las estructuras necesarias. La demagogia va alcanzando casi un nivel artístico, si eso es posible. De repente la imagen ya es más importante que el contenido, la simpleza del mensaje va primero que la profundidad analítica, y las elecciones las ganan más los asesores de campaña que los políticos. Cuba es de los últimos países del mundo en mantenerse al margen de este asunto, ¿por cuánto tiempo? ¿Nuestros estándares morales podrán más que la tendencia política moderna? ¿Es descartable todo en este fenómeno?

House of Cards nos ha regalado las mejores frases sobre sexo y política de los últimos tiempos, además de unos posters impresionantes. El cinismo del personaje principal es absolutamente disfrutable siempre que se le tome como lo que es, una ficción bien hecha.

Frank Underwood dice en algún momento que la política ya no es teatro, es un show de negocios y hay que montar el mejor de todos. Como muchas líneas de la serie, es cierta y su crudeza nos plantea muchas interrogantes. Aunque en el caso cubano tiene varias diferencias respecto a la norma, porque acá, todavía no es un show e incluso si lo fuera, es muy mal pagado en comparación con otras profesiones y mucho más con el resto del mundo. Mejor así, para al menos mantener fuera a los mercaderes de la política.

En Cuba nuestros más altos funcionarios y representantes están ajenos al espectáculo. Ninguno tiene conocimientos serios sobre comunicación política, lenguaje corporal u oratoria, lo cual plantea un problema porque en muchas ocasiones sus contrapartes internacionales tienen un entrenamiento exquisito en estos aspectos. ¿Es posible hacer política en el siglo XXI ajeno a estos instrumentos de la ciencia política? Absolutamente no, un falso sentido de pureza no puede seguir poniendo a los nuestros contra la pared.

Nuestros dirigentes del futuro tendrán que combinar sus conocimientos con el arte de la palabra, deben tener equipos de comunicación, deben discernir entre demagogia y buena comunicación, debemos todos. Una vez más, no vale tener la razón si se está en desventaja a la hora de expresarlo, porque incluso el momento más ensayado y preparado, para el que te has preparado durante toda tu vida, te puede jugar una mala pasada cuando estás a solas con el micrófono representando un pueblo.

Barack Obama vino a Cuba e hizo lo que sabe hacer mejor, montar el show. Y hay que reconocer que lo hizo bien, tanto así que paralizó a unos, enamoró a otros y sobresaltó a unos últimos. Todavía no he podido borrarme el recuerdo de aquella conferencia de prensa donde varios factores se conjugaron en contra del presidente cubano y le jugaron una mala pasada, porque a esa hora todo lo que puede ir mal, irá. Todavía hoy nuestro pueblo desconoce cuántas cosas fueron mal ese día, así de buenos somos en materia de comunicación, así de soberbios también, porque es responsabilidad nuestra explicar algo tan importante. También es una lección para nuestra propia ingenuidad. Parar a un guerrillero junto a un artista político en una sala llena de periodistas, es un acto suicida al que fuimos gustosos.

Hace exactamente un año estreché la mano de Rafael Correa. En una sala con un juego de luces impresionante, con música estéreo, llena de colores llamativos y un espectáculo inicial tremendo. Cuando llegó el presidente ecuatoriano ya todos estábamos predispuestos a su favor, el show político era asombroso, y yo como cubano miraba asombrado a las muchachas arrojarse encima buscando autógrafos, un beso o un abrazo. Y tiene que jugar según esas reglas, porque son las que ponen y quitan presidentes en América Latina. Eso no significa que Correa encerrado en una habitación contigo no sea igual de convincente, el show no es para compensar banalidad, sino que ha utilizado las herramientas históricamente puestas en nuestra contra, a favor. Tampoco significa convertir las reuniones en espectáculos de bailarinas, sino tomar lo positivo de códigos comunicativos que ya son universales. En mi idioma eso se llama Marxismo.

¿Cuánto debemos esperar los cubanos para aplicar el sentido común en estas y otras materias? ¿O por quién debemos esperar? ¿Por qué no hacemos un listado de los decisores que nunca lograron cambiar la mentalidad y les damos vacaciones de sus cargos? ¿Alguien no está claro de que a estas alturas el otro gran enemigo de la Revolución Cubana son sus propios dogmas?

Los tiempos de la confrontación ideológica frontal ya terminaron, quienes siguen jugando a eso en Cuba ya resultan discordantes. Ahora son tiempos de poder inteligente, de sutileza, de aprender que sin dar un piñazo sobre la mesa o adoptar actitudes belicosas, no se está haciendo concesiones sino ganando terreno en nuestros aspectos más débiles. Vino Obama a Cuba y dio el mejor show político del mundo, Underwood estaría orgulloso de él. Ahora la pregunta es: ¿cómo vamos a responder nosotros?

25 octubre 2016 68 comentarios 362 vistas
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La Unidad Necesaria

por Consejo Editorial 24 octubre 2016
escrito por Consejo Editorial

Lo que ha venido sucediendo en los últimos tiempos hace sentir la necesidad de la unión apremiante de todos los elementos de izquierda en la Cuba de hoy. Porque demuestran la ausencia de ella. El aprovechamiento político del paso de un huracán mostró que hay fuerzas contrarias solapadas, preparadas y capitalizadas políticamente, listas para explotar cualquier oportunidad.

Evidencia también que han aprendido a nunca perder. Que van con todo dispuesto para el éxito o el éxito. Si se les permite, ganan porque logran continuar su trabajo. Si se les impide, ganan más porque se convierten en mártires con toda la algarabía que implica.

La reacción fue la peor de todas. La represión y el control policíaco solo benefician el discurso de la contrarrevolución. Usar la fuerza no nos muestra fuertes, al contrario. Demuestra escasez de recursos, de inteligencia, de capacidad y de confianza.

Todo eso es lo que se pone en evidencia cuando se envía una patrulla cuando se debió “enviar” a la prensa revolucionaria. Los que lo hicieron, no saben el enorme favor que le han hecho a la contrarrevolución.

¿Quién se reunió, quién analizó, quien determinó? ¿De qué nos sirve ver un video que circule por ahí de alguna conferencia? De esos que nos dan la impresión de que hay ambiente y perspectivas, pero la práctica aparenta que eso es lo único que hay. Ahora ellos tienen su show.

¿Cómo es posible si en la propia prensa nacional al mencionarse escasamente, como esas puntas de iceberg que asoman a veces, se advirtió que eso venía preparándose con motivo de las próximas reuniones de la OEA? ¿Que esto ocurre en un ambiente creado por el CPJ y su informe que llega incluso a manipular entrevistas a gente de la izquierda bien intencionada? ¿Acaso no se sabía que todo se venía preparando?

Las derrotas enseñan más que las victorias. Estaría bien que en la OEA lo presenten como trofeo, para ver si nos damos contra la pared y aprendemos de una vez que no se debe usar la fuerza cuando se debe usar la astucia.

Entonces todo esto nos lleva a preguntarnos a los que nos preocupa el futuro del socialismo: ¿Existe un frente unido de enfrentamiento político en Cuba? Hablo de un frente aglutinador, revolucionario, socialista, izquierdista o el apellido que le quieran poner. ¿Están todas nuestras fuerzas y nuestras capacidades articuladas?

La respuesta es no. Los hechos no demuestran otra cosa.

Tenemos un enorme potencial, porque al unirnos se unen todas nuestras características. La capacidad intelectual, los recursos que nos da la organización y el poder. Pero el uso del poder tiene que funcionar políticamente y no solo para permanecer en el poder. No ser meramente un poder en el poder, tiene que ser sobretodo un poder político.

Lo que tenemos ahora es una fuerza y una capacidad política tremendamente fragmentada. Tenemos al PCC y a la UJC, que llevan a remolque a la FEU y la AHS. Esas organizaciones tienen una línea, un nivel de discurso. Tenemos otra parte de la izquierda dispersa y desorganizada. Tenemos los medios que lo reflejan. Están por un lado Granma y JR, por otro lado medios también estatales pero que a su vez tienen otra línea, como Cubadebate, La Calle del Medio, La Jiribilla, Temas, etc. Por otro lado más, un grupo de páginas webs y blogs. Algunos responden a instituciones y ONGs. Otros son valiosas iniciativas de grupos o personas.

En estos últimos se padece de vanidad, de inmadurez, de ambigüedad y dentro de ellos también hay una extrema fragmentación. Un terrible miedo al estigma social y a romper la Espiral del Silencio. De la misma manera que en los estatales se padece de censura, de silencio, de enajenación. Como fingiendo que las cosas no existen, y las cosas bajo el suelo van caminando.

¿Por qué no se conecta todo eso? No se conecta porque padecemos los mismos males que todas las izquierdas del mundo y de la historia.

Y no hablo solo en la comunicación, hablo de toda la política, la comunicación es solo una expresión de esta. El pensamiento progresista cubano está tan fragmentado hoy como lo ha estado en la mayoría de las épocas. Lo que se logró en cada una fue cuando ese pensamiento llegó a unirse.

El imprescindible cuestionamiento a todos nuestros males ha contrapuesto a muchos integrantes del pensamiento de izquierda cubano con el funcionariado que dirige el Estado. Eso nos ha desgastado, sin haber forma de evadir ese desgaste. Hay que saberlo llevar.

Padecemos sobre todo desconfianza. La desconfianza y las relaciones incómodas propias de una Revolución en el poder, que tiene su propia burocracia y que ha creado su propia tecnocracia.

La realidad es que dentro de la Revolución, se desconfía de sus intelectuales, de sus periodistas, de muchos de sus más dedicados y lúcidos defensores.

Hay temor de que empoderar a una prensa revolucionaria implique también un mayor cuestionamiento a todos nuestros problemas internos, administrativos y nacionales. Pero no puede ser de otra forma, porque hay que ser revolucionario para afuera y para dentro.

Hay miedo a reflexionar, como hay miedo al castigo por la sinceridad.

Pagamos entonces las consecuencias de un sistema lamentable, que aún hoy clasifica a sus integrantes en “confiables” y “no confiables”. ¿A cuántos de nuestros cubanos más brillantes y más revolucionarios, no les han puesto a esa clasificación de “no confiable”? De saber la lista casi habría que llevarla con orgullo.

Creer que nuestros problemas son comunicacionales es engañarnos. Son políticos.

O nos damos cuenta de eso, o fracasaremos. Decir Unidad no es fingir que la tenemos. Es unidad de acción, de criterio, de qué hacer y cómo hacerlo. La Revolución Cubana surgió de la unión y solo puede terminar por la ausencia de ella.

Busquemos ya de una vez la unión política que necesitamos, luego puede ser demasiado tarde.

Nuestro mayor obstáculo es que hay gente que no sabe ni qué ni a quién hay que unir.

Hagámoslo con una única certeza: Nos unimos o seremos derrotados.

24 octubre 2016 101 comentarios 428 vistas
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Socialismo Just do it

por Consejo Editorial 17 octubre 2016
escrito por Consejo Editorial

Uno de los recursos que más se utilizan para desprestigiar y confundir a los jóvenes que participan en proyectos socialistas es criticarles insidiosamente el uso de tecnologías y artículos de marca producidos por la economía global capitalista.

Es posible descubrir en muchos de esos acusadores a personas, que además de ser evidentemente contrarios a cualquier continuidad del ideal socialista en las nuevas generaciones, tienen un pensamiento que a fuerza de ser malintencionado no les importa mantener envejecido. Terminar en esa triste senectud que es la longevidad sin sabiduría.

Según dicen, ellos sí son consecuentes con su manera de pensar pues solo aquel que defiende el capitalismo como sistema pueden utilizar moralmente los bienes que él produce. Como si este no hubiera surgido sobre la base del feudalismo.

En una letanía repiten: ¨Esos muchachos se dicen socialistas pero usan smartphones y laptops, y les encantan las hamburguesas, y las películas americanas, y los viajes y Facebook y…¨

No me interesa en lo más mínimo intentar cambiarles la mentalidad. Ellos mismos son prisioneros de un pasado en que ciertamente en Cuba, como en todas las sociedades donde se entró en conflicto con el capitalismo, se satanizó el disfrute de contenidos y productos provenientes de este.

Era una época en que era reciente el acercamiento político y comercial con los países que intentaban construir el socialismo en Europa del Este y que padecían de ese mismo pensamiento. En ese caso justificado sobre una base de competitividad industrial. Los productos del este europeo que los cubanos ya conservamos poco en nuestras casas, tenían una alta calidad por su resistencia y durabilidad, pero no en cuanto a confort, estética o innovación. Esto no ocurría solamente por el sistema político de los países que los producían si no por causas mucho más complejas de subdesarrollo histórico en esas naciones y su pugna por dejar de ser una periferia europea desindustrializada.

Ese período, en que poseer unos jeans enviados por alguna tía de Miami era visto como políticamente incorrecto, duró muy poco en Cuba pero parece haberse eternizado en la mente de algunos.

No hay foro en nuestros blogs en que no salga uno a relatar lo que le pasó en el año 70 u 80 en que lo cogieron en un comité de base de la UJC o en un centro de trabajo y le hicieron esto y lo otro. De cómo se desencantó (porque ojo, ese tipo de gente no tiene convicciones, tiene ¨encantos¨) y por eso después se fue de Cuba.

Todo lo que les ocurrió fue sin dudas lamentable y les toca a ellos, a un nivel muy personal, hacer el trayecto del protagonista de La novela de mi vida de Leonardo Padura. Porque lo más lamentable de todo es que aún lo sigan arrastrando. Convierten el resentimiento en una enfermedad generacional en su bando.

Lo que si me preocuparía es el efecto que esa constante letanía burlesca de la serpiente en el árbol de manzanas provoca en la mente de los jóvenes cubanos. Que los lleve a divorciar el uso y disfrute de la vida moderna con la idea de una sociedad mejor y socialista.

El conflicto entre marxismo y capitalismo no consiste en la naturaleza de las cosas si no en la distribución de la riqueza en el sistema que las produce. El capitalismo solo es espléndido en el número y la variedad de esas cosas no en el acceso a ellas.

Es cierto que la mayoría de los productos en este mundo globalizado están ligados de una forma u otra a algún tipo de explotación pero no podemos prescindir de ellos. Que no nos pase como a una parte de los ecologistas que padecen esa crítica ingenua y radical sobre el uso de productos industriales.

La tecnología y su dominio nos ha empoderado, nos ha dado voz y visibilidad a las fuerzas progresistas en Cuba, en un ambiente en que también desde el Gobierno las han mirado con recelo en nuestras manos.

Tampoco debemos confundir el goce de lo necesario con el consumismo, una tendencia que es la verdaderamente peligrosa y que va haciendo de ese consumismo un paradigma de culto y falso sentido del éxito en la mente de muchos cubanos.

Pero eso siempre existió, tanto en una época como en otra. Cuando en la Cuba de los 50 la publicidad rezaba: ¨Dónde se reúne la juventud cubana siempre está Coca Cola¨, no se refería a los jóvenes de la Generación del Centenario. Pero no por estos ser revolucionarios dejaron de tomar refresco.

En una escena de la película Clandestinos (1988), que he citado anteriormente, los protagonistas con un tocadiscos bailan rock and roll. En la puesta teatral en Cuba hace unos años del monólogo Marx en el Soho por el actor Michaelis Cué, el diseño de vestuario del espíritu de Karl Marx incluía unos tenis tipo Converse.

Entonces no nos dejemos engañar ni nos creemos sentimientos de culpa.

Mis tenis son Converse sí.

…Pero rojos.

17 octubre 2016 97 comentarios 411 vistas
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