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2016

Contenidos con fecha 2016

Cuba ante la crisis del capital humano

por Consejo Editorial 21 noviembre 2016
escrito por Consejo Editorial

Cuando supe que una compañía francesa se ocuparía de manejar nuestros aeropuertos tuve una mezcla de sentimientos. Primero de satisfacción por la necesidad que tenemos de que llegue al país no solo inversión monetaria sino también de conocimiento. El deseo de que las cosas funcionen mejor de lo que sabemos o podemos hacerlas funcionar nosotros. Que se haga en todo lo que necesitamos aprender: en los supermercados, en los bancos, en la telefonía, en los servicios públicos.

Retornar de cierta forma a aquella dinámica de transferencia de tecnología y conocimiento que tuvimos con los países del Campo Socialista.

Pero aquella era una relación propia del socialismo, aunque no sin dificultades y peligros para nosotros como país dependiente. Esperemos que la habilidad de los funcionarios cubanos encargados de las condiciones contractuales, produzca que en unos años hayamos aprendido algo y seamos capaces de volver a manejar nuestros aeropuertos nosotros mismos.

Cuando hablo de mezcla de sentimientos ante la noticia, fue porque al leerla también en algún lugar dentro de mí como cubano se cayó un pedazo. No es lo mismo llamar al diablo que verlo llegar. Tampoco es igual tantas veces señalar nuestras incapacidades, a finalmente ver plasmadas las consecuencias en la realidad.

Lo real, más allá del entusiasmo, es que si hemos tenido que llamar a una empresa francesa para que nos dirija los aeropuertos es porque somos incapaces de hacerlo nosotros.

No olvido la vez que estando en una capital latinoamericana me dijeron que los semáforos de la ciudad los operaba una empresa norteamericana. El contrato había expirado y la ciudad era un caos de semáforos apagados.

Siempre he confiado en que no sea ese el futuro que nos espera en Cuba.

En cuanto al título de este texto, está motivado por lo que una de las contrapartes cubanas en el negocio aeroportuario declaró a la prensa: ¨Por regla general no se sustituirá al personal que labora en las terminales¨. Entonces uno recuerda al Prof. Manuel Calviño preguntándose en un video viral sobre el cambio de mentalidad: ¨ ¿Es posible cambiar con los mismos?¨

¿Cómo se pretende mejorar realmente los servicios con los mismos individuos? ¿Con los mismos empleados, oficiales de migración y aduaneros? Estoy seguro, de que una parte de ellos, con nuevas condiciones y una autoridad superior que los eduque, podrán cambiar con el paso del tiempo. Pero una buena parte no.

Por supuesto que habría que ponerse en el lugar de los directivos, porque hablar de sustituir personal es fácil, pero por experiencia sé que lograrlo es muy difícil. Especialmente cuando es un personal que necesita capacitación, experiencia, dominio de tecnología. El capital humano no se compra en una ferretería.

Es por eso que el proyecto fidelista dentro de la Revolución Cubana, siempre hizo énfasis en la producción de recursos humanos capacitados, para llevar adelante el desarrollo y el funcionamiento del país. En una isla pobre en recursos naturales, los veía como la riqueza principal.

En gran medida esa perspectiva ha dado sus frutos, teniendo hoy los servicios médicos al exterior como una de las principales fuentes de divisas para el país. Aunque la concepción extrema de esa visión nos llevó a la lamentable ¨Doctrina del Capital Humano¨ qué concebía y trataba a las personas como si fueran propiedad del Estado que los había capacitado. En la última década de Reformas hemos venido superándola, no sin retrocesos, por otra concepción socialmente más humana, objetiva y respetuosa de la libertad.

En la Cuba del 2016 la realidad es que, más allá de espejismos ilusorios o de la rimbombancia triunfalista, luego de haber trabajado durante décadas por ello, estamos ante una enorme crisis de capital humano.

La pobreza del salario, la pérdida del valor del trabajo con la consiguiente corrupción, la marginalidad rampante, la extinción de la ética y la moral, no ya de la moral socialista sino simplemente de la moral a secas. La indolencia y la cómoda costumbre de decir que ¨no hay recursos¨. La larga tarea como nación de convertir a una parte de la población de esclavos a ciudadanos. Son todos factores que han desembocado en esta crisis.

Cada vez es más difícil para un directivo encontrar personal adecuado para realizar labores con calidad, ya sea complejas o sencillas. Incluso para aquellas que no reciben precisamente una baja remuneración.

De paso también es difícil encontrar directivos o administradores. La mayoría se inmoviliza ante la impotencia de no poder solucionar los problemas de empleomanía o ni siquiera poder identificar y solucionar problemas en general. Muchos padecen de las mismas deformaciones que sus subordinados.

Hay una crisis de confiabilidad en un país donde las condiciones objetivas de muchas personas empujan al delito. Las tradiciones culturales desde la antigua colonia y neo colonia, resurgidas luego de controlarlas durante parte de la Revolución, llevan a otros a buscar el enriquecimiento a toda costa. Son escasos a los que se les puede poner capital o recursos en las manos sin que los roben.

Profesiones completas están secuestradas por la mediocridad. Agravado esto por la migración de miles de personas talentosas cada año.

Hace poco un grupo se rasgó las vestiduras por el tema de moda, al saber que en la construcción de un hotel habanero laboraban obreros indios. Entre sus gritos ofendidos no les quedó espacio para hacerse la pregunta principal: ¿Por qué una empresa foránea prefirió traer trabajadores extranjeros? ¿Qué características tenemos los trabajadores cubanos que no les satisfacían? ¿Tienen los indios mayor habilidad, mayor disciplina, mayor respeto por la calidad? Si la empresa francesa decidió traerlos a pesar de su costo probablemente sí. No solamente deben pagarles mucho más que a un cubano, si no también mucho más que a un indio en la India.

Curiosamente a los que se ofendieron en su cubanísimo honor por los hindúes, no les molestó nada que los franceses se hayan hecho con los aeropuertos de nuestra ex colonia española. Al contrario, aplaudieron emocionados.

Las preguntas de más arriba son válidas en estos tiempos en que se perfila un futuro de inversiones, de zonas francas y parques industriales.

Pero no solo para eso, si no para vivir nosotros mismos como cubanos en una Cuba que funcione y en la que el día a día haga deseable vivir en ella. Algo imposible si los que tienen que hacer que muchas funcionen bien, no saben en qué consiste ese buen funcionamiento. No hay que culparlos, simplemente nunca lo han experimentado y ni siquiera imaginado. No se puede saber lo que no se conoce.

También hay miles de cubanos que trabajan en oficinas del gobierno, en empresas estatales, que van cada día para intentar que todo vaya mejor y deben enfrentarse a esos otros miles. El subdesarrollo es una lucha constante entre la convicción de necesitar una realidad mejor y nuestra incapacidad de lograrla.

Tendrán que cambiar muchas cosas y demorará mucho. Pero aun así hay soluciones y hay esperanzas. Las mías están depositadas en el anhelo de que mis hijos conozcan el mundo, pero que deseen vivir en Cuba. Que cuando usen el aeropuerto que lleva el nombre de José Martí, sean tratados bien. Sin haber tenido que pedir permiso para viajar. Que para ese entonces sea este un país mejor que el que le tocó vivir a sus padres. Que hayamos aprendido mucho de los franceses y seamos capaces de manejar por nosotros mismos nuestros propios aeropuertos.

Espero no anhelar demasiado.

21 noviembre 2016 63 comentarios 559 vistas
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Comunistas

por Consejo Editorial 16 noviembre 2016
escrito por Consejo Editorial

Gran revuelo causaron las palabras del Papa Francisco afirmando que “son los comunistas quienes piensan como cristianos” y que “Cristo habló de una sociedad donde los pobres, los débiles, los excluidos sean quienes decidan”. Después de tantos años estigmatizando a los Comunistas, frases como estas no caen muy bien entre algunos, pero la realidad es que este mundo estaría mucho mejor si estuviera gobernado por comunistas. No deliro, verán que tengo la razón.

En este planeta ocurre lo que diga la prensa corporativa. Ocultar lo que no conviene y saturar el éter con aquello que responda a los dueños de los medios o lo que es lo mismo a la clase dominante es su labor de cada día. ¿Dónde se producen las violaciones a los derechos humanos y a la “Democracia”? Pues en aquellos países que pretenden implementar un sistema alternativo y anti hegemónico: Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua o Cuba. Si no me creen analicemos los casos de Argentina o Brasil.

Cuando gobernaba Cristina y Dilma todos los días la prensa las criticaba por violar los derechos humanos, la libertad de expresión, corrupción…pero ahora cuando esos países son presididos por gobiernos de derecha, la gran prensa les pasa la mano. No sucede nada si Macri cierra Rusia Today o Telesur, o si despide a cientos de miles de trabajadores. Tampoco si Temer en Brasil congela el gasto social durante veinte años. En ambos países el pueblo protesta en las calles, pero es como si no ocurriera.

Hacen falta comunistas o al menos gobiernos de izquierda. Si en México gobernara un presidente “populista” – así le llaman a los que se preocupan por el pueblo- la gran prensa criticara todos los días las violaciones de los derechos humanos contra los estudiantes y los asesinatos de mujeres. Quizás ya el gobierno le haya dado respuesta a la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa o es muy probable que no hubiese ocurrido.

Bueno en honor a la verdad, los medios de comunicación no se limitan a los “populistas”. Si en la Libia actual gobernara alguien que no fuera del agrado de clase dominante mundial, la prensa estaría hablando de las violaciones de los derechos humanos, la anarquía y la segregación del país. Lo que demuestra que no hay que ser exactamente comunista sino simplemente no caerles bien a los dueños de los medios. Recuerden la ofensiva mediática para poner a la opinión pública a favor de la agresión militar.

Tuvieron que pasar más de cien años después de que la Decimoquinta Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos prohibiera cualquier tipo de discriminación al voto basándose en la raza o en el color de los ciudadanos en los Estados Unidos para que en el año 1965 se firmara la Ley del Derecho al Voto. Luego de una intensa batalla, ganada finalmente por el presidente Lyndon B. Jhonson.

Por esa misma época se cometía en Cuba uno de nuestros grandes errores con la implementación de las Unidades Militares de Apoyo a la Producción (UMAP). La existencia de las UMAP abarcó tres años sin embargo es suficiente para denigrar al “Comunismo” mientras que la existencia de la discriminación racial en los Estados Unidos –antes y después de 1965- no se asocia nunca al Capitalismo.

No se trata de comparar un país con otro, ni siquiera de un sistema político con otro sino poner ejemplos del doble rasero que se ha empleado siempre contra la Revolución cubana. Los que hoy hablan de que Cuba vuelva a ser “libre y democrática” como antes de 1959, están legitimando de manera implícita la existencia del Buró de Represión de Actividades Comunistas (BRAC).

A los comunistas se les puede acusar de muchas cosas, pero no de estar de espaldas al pueblo, en todo caso ese ha sido su gran pecado. Esa es la causa de su crucifixión histórica. Los comunistas tenemos que soportar que constantemente se nos compare o iguale con hechos que ocurrieron a miles de kilómetros de distancia y hace decenas de años, mientras que los que nos critican hacen loas al Capitalismo sin juzgarlo por ejemplo por las cárceles secretas, la invasión de países basados en mentiras o las violaciones de los derechos humanos en sus países.

Ser comunista es para mí un honor. Recuerdo que cuando durante el proceso del Partido me preguntaron que por qué quería ingresar a las filas de la organización, respondí que ser militante comunista debe ser una aspiración y no el final de una vida de militante de la Unión de Jóvenes Comunistas y eso mismo trato de transmitírselo a los más jóvenes.

16 noviembre 2016 135 comentarios 384 vistas
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Por qué somos militantes

por Consejo Editorial 14 noviembre 2016
escrito por Consejo Editorial

A Julio Antonio

Somos militantes por ser revolucionarios, porque creemos en la libertad política, la solidaridad y la justicia social, en la esperanza, el bien común y la dignidad de todos.

Somos militantes porque pensamos con cabeza propia aunque nos equivoquemos, porque nos duele la injusticia que se comete contra cualquiera, venga de donde venga, porque no dudamos defender al pequeño frente al grande, al débil frente al fuerte, porque sintiendo miedo, no una, sino muchas veces, escogimos arriesgar, arriesgar, incluso todo, sin esperar recompensa, porque exponemos el pellejo por lo que creemos.

Somos militantes, es verdad, porque no hemos renunciado a ser románticos, aunque otros nos lo restrieguen en la cara cada día desde el otro lado en que se vive mejor, y no porque seamos tontos, es que conocemos el precio que ellos han pagado y no sabemos vivir así.

Somos militantes porque aprendimos una vez – bastó con una vez – que los imposibles eran posibles, y porque entendemos que podemos ser derrotados pero no vencidos, que nada es capaz de vencer la obstinación de un hombre o una mujer que cree en sus ideas, porque aun sabiendo que sólo poseemos una vida, no claudicamos.

Somos militantes porque no nos avergonzamos de los sueños de nuestros abuelos, de nuestros padres, de nuestros hijos, porque no cejamos, porque sentimos, irremediablemente, el dolor ajeno como propio, porque sabemos que nuestra tristeza es posible sólo cuando el otro es triste, y que la soledad, la auténtica soledad, es del que renuncia a amar.

Somos militantes porque siendo tan imperfectos hacemos nuestra parte, nuestra pequeña parte, no porque sea suficiente, ni porque alcance, más bien por decencia, más bien por ternura, porque tomamos el camino largo, porque no tememos a las magulladuras, las pretericiones y el olvido.

Somos militantes porque miramos a los iguales como iguales, a los ojos, como hacen los iguales, pero también porque sabemos quién es el enemigo y sobre lo que se cierne, lo que está en peligro.

Somos militantes porque el poder no nos interesa sino para hacer la Revolución, porque tenerlo, sin hacerla, es solo eso, descarnadamente poder.

Somos militantes porque nuestras críticas, así, en plural, son una auténtica y pura rebelión por nosotros mismos, por la Revolución, y para que lo siga siendo, es que mantenemos la herejía continuada, indócil e irreverente de sus militantes dentro de ella.

Somos militantes porque firmamos con nuestro nombre, porque levantamos la mano donde da la luz para votar a favor, o en contra, sin otear la dirección del viento, porque hacemos sin que nadie nos mande lo que la razón, la justicia y el decoro obliga, porque hemos hecho de la pasión un método y de la fe en el ser humano la firmeza y el mejoramiento propio.

Somos militantes no porque hablemos a nombre de otros, o representándolos, o por ellos, somos, y es obvio de tan terrible obviedad, porque hemos sido siempre más que unos pocos y porque seguiremos militando incluso aunque nos quedemos solos, mientras exista algo digno que defender.

Somos militantes, debemos de advertirlo en nuestro caso, porque somos anticapitalistas, o dicho de otro modo, porque no hemos olvidado que la riqueza de unos es siempre resultado de la pobreza de otros cuando el hombre se vuelve lobo del hombre, y saber eso basta, quizás, para ser militante – digámoslo con precisión milimétrica – del Socialismo.

14 noviembre 2016 116 comentarios 498 vistas
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Donald Trump… La Élite no se ha equivocado

por Consejo Editorial 12 noviembre 2016
escrito por Consejo Editorial

trumpPor: Ralf B. Leepman

El recién elegido Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, no ha sido un error de la élite o un giro inesperado de las urnas. Por el contrario, forma parte de un plan trazado minuciosamente.

A día de hoy, muchos pueden pensar que las encuestas daban como claro vencedor al pollino demócrata. Incluso yo mismo vaticiné una victoria amplia de la candidata Clinton. Era lo más aproximado a una coherencia política ya que el discurso anti-todo del candidato republicano, hacía tambalear sus pilares.

La élite lo ha manejado bien. Han elaborado un discurso ultra patriótico. Frente a las políticas “light” externas de Obama y que Clinton continuaría, los estadounidenses estaban hartos de monsergas y de guerras estériles, poca mano dura y unas políticas sociales que nunca acababan de llegar. Y era lógico, el senado era contrario a Obama. Y la guerra contra el ISIS era irrisoria.

Pero hete aquí que llega el nuevo Sheriff. Un tipo sin pelos en la lengua, que habla al pueblo llano como a este le gusta. Que promete el oro y el moro, que los Estados Unidos pega el puñetazo en la mesa y pone firme al más pintado. ¿Qué es eso de quitar las armas a los americanos? Que Putin ha dicho qué… ¡trae el teléfono que se va a enterar! Europa que ni me tosa, que les monto un pollo que se cagan. Y el chino ese de Corea que no me toque mucho los cataplines que le mando la séptima flota y le meto misiles por el ojete. Vamos, esto lo arreglo yo en cuatro días.

Sí señor, con un par. ¿Cómo es posible que los ciudadanos estadounidenses no vean más allá de lo que este personaje plantea? Es simple. Propaganda. Donald Trump se ha gastado la friolera de 100 MM de dólares en la campaña. ¿Y qué es una campaña electoral sino propaganda? Hay que conseguir el objetivo como sea, no importa lo que se diga, lo que se prometa, son cuatro años donde no se va a rechistar, y si lo hacen, se aguantan. Siempre habrá quien rebata. Por otra parte, la jugada ha sido maestra, ya que el senado tiene mayoría republicana. Con la presidencia y el congreso, Trump tiene vía libre para hacer y deshacer lo que le venga en gana.

Y lo primero que se va a cargar es la propuesta demócrata de una sanidad universal y gratuita. Esto para los republicanos es como el ajo para los vampiros, ya que ellos basan su sistema sanitario en multinacionales de seguros que expolian a los ciudadanos. Y si no tienes trabajo, no hay seguro médico, con el elevado riesgo de ruina que eso supone. No hay pensiones ni vacaciones. No pensemos que es como en Europa, donde la sanidad está garantizada, el paro y de momento, las pensiones.

Pero a todo esto ¿qué busca realmente la élite con este tipo? Pues ni más ni menos que un conflicto importante con Rusia o China. No sabían cómo organizar otro atentado porque la insensibilización ciudadana cada día es mayor, y no se obtienen los resultados de euforia ni venganza de antaño. La sebera amenaza de poner fin a ISIS de un modo tajante sin dialogar con otras potencias ya es preocupante. Una cosa es coordinar un ataque donde todos los afectados e interesados se comprometan, es decir, Rusia y China cooperen con los USA, y otra muy distinta es ir en solitario como le gustaba a Ronald Reagan y su Rambo de los 80.

Y por supuesto, la propaganda de que Trump es independiente, es sólo eso, propaganda. Ya que el nuevo presidente de los USA es Masón. Como todos o casi todos. Y seguirá al pie de la letra el dictado que la élite le marque. Ese es el golpe de efecto que la élite necesitaba, la aprobación a través del ego, el orgullo, la bandera y la patria de hacer una América grande otra vez. Tienen carta blanca para montar otra guerra como y donde quieran y lo peor, con el beneplácito del pueblo.

Tomado de: http://buscandolaverdad.es/2016/11/09/donald-trump-la-elite-no-se-ha-equivocado/

12 noviembre 2016 34 comentarios 365 vistas
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Por qué me alegra que haya perdido Clinton

por Consejo Editorial 11 noviembre 2016
escrito por Consejo Editorial

clintonPor: Karen Méndez

El mundo entero está escandalizado con la victoria de Donald Trump. Sus propuestas y declaraciones xenófobas, islamófobas, misóginas han hecho que el mundo entero lo rechace y lo señale como un “fascista salvaje”. Es cierto, pero acaso, ¿esa no ha sido la política de EE.UU. durante los últimos 200 años? ¿Cuál es el escándalo, que lo diga o que lo haga?

Barack Obama llegó a la Presidencia en el año 2009 con un saco de promesas. En ese momento el mundo entero lo aplaudió, muchos lloraban de emoción al ver al primer presidente afroamericano, otros le dieron el Premio Nobel de la Paz solo por haber prometido acabar con la guerra en Irak, cerrar la base de Guantánamo, no agredir a ningún país, pasar la página a las intervenciones en América Latina, respetar a los pueblos del mundo, proteger a los millones de migrantes que llegan a EE.UU, detrás del llamado ‘sueño americano’ y acabar con el racismo en su país. Pero nada hizo.

Obama no solo no cumplió nada de lo que prometió, sino que arrasó con Libia, organizó y aplaudió el magnicidio del presidente Gaddafi (asesinato que a Hillary le provocó una imparable carcajada), creó y financió a grupos terroristas como el Daesh (Estado Islámico) y el Frente Al Nusra para adueñarse del petróleo de Irak y de Siria, provocó una guerra desalmada en Siria que ya lleva más de 5 años y más de 200.000 muertos, orquestó, apoyó y alentó el golpe de Estado en Honduras, Paraguay, intentó hacerlo en Ecuador y firmó un decreto declarando a Venezuela como “una amenaza inusual y extraordinaria” para justificar así cualquier ataque contra este país y adueñarse de la mayor reserva petrolífera del mundo. Por si fuera poco, también, junto a su vicepresidente Joe Biden, apoyó y promovió la destitución de Dilma Rousseff. A los migrantes los dejó peor. Obama entregará su presidencia en enero del 2017 con más de 2,8 millones de deportados. El racismo institucional y la violencia racial de la policía se incrementaron y solo en el año 2016 asesinaron a más de 120 afroamericanos y la mayoría de los policías blancos que los asesinaron quedaron libres. El muro con México, que Trump vocifera con construir, ya existe y Obama tuvo la “humanitaria idea” de reforzar la frontera sur para evitar que algún latinoamericano se atreviera a pasar.

Chávez siempre dijo que existían dos Obamas: el que decía y el que hacía, y que nunca sabíamos cuál de los dos estaba hablando. Fue el propio Obama quien se encargó de confirmar las palabras de Chávez y demostrar que él no fue más que la máscara que permitió lavar el rostro de la Casa Blanca tras la desastrosa y guerrerista gestión de George W. Bush.

Ahora, la táctica del Partido Demócrata y del ‘establishment’ era la misma: buscar o construir un personaje que permitiera desplegar una inmensa campaña publicitaria mientras desangran al mundo. Y qué mejor personaje para esa campaña que una mujer que permitiera pasar de la Obamamanía con el primer presidente afroamericano a la Hillarymanía con la primera mujer presidenta. Ah, claro, ni Obama ni Hillary pronuncian mensajes xenófobos, islamófobos, homófobos o sexistas y son muy cuidadosos con sus palabras, pero sí que los aplican y los apoyan con sus hechos. Entonces, ¿cuál es la histeria? ¿Qué es lo que escandaliza: las palabras, la sinceridad de un loco magnate multimillonario o las acciones, los hechos, el prontuario del Gobierno estadounidense?

Lo realmente triste es que el pueblo estadounidense haya tenido que elegir entre un fascista y una guerrerista, que tengan candidatos de tan baja calaña y el destino de su país esté en manos de gente tan cavernícola. Ojalá esto sirva de impulso para que surjan nuevos y más sensatos partidos y candidatos que realmente atiendan sus realidades y necesidades.

No me alegra la victoria de Trump. Solo agradezco la sinceridad, que se haya quitado la careta del ‘establishment’ y diga de frente los bárbaros y retorcidos planes de EE.UU. contra la humanidad, que sin duda recibirán una digna respuesta del movimiento popular mundial, porque la xenofobia, la islamofobia, el racismo, el odio, la intolerancia, el irrespeto y la guerra, eso que tanto hace y promueve el Gobierno estadounidense, es lo que NO quieren los pueblos del mundo.

No me alegra que haya ganado Trump. Me alegra que haya perdido la candidata de Arabia Saudita, aquel país que tiene la asesina obsesión de derrocar a Bashar al Assad, así haya que pactar con el diablo. No me alegra el triunfo de Trump y sus insultos a la comunidad latinoamericana. Pero sí me alegra, y mucho, que haya perdido la fundadora del Daesh, la que se burló del asesinato de Gaddafi y de la masacre del pueblo libio. Me alegra mucho más que los George Bush (padre e hijo) perdieran su voto.

Pero lo que más me alegra es que artistas como Shakira, Daddy Yankee, Miley Cyrus, Paulina Rubio, y un centenar más se pronuncien contra las políticas xenófobas, guerreristas, islamófobas y sexistas de Trump. Si tanto les escandalizan las propuestas de Trump, supongo que a partir de ahora compartirán y apoyarán la lucha de los pueblos del mundo contra el imperialismo ‘yankee’. 

Tomado de: https://actualidad.rt.com/opinion/karen-mendez/223375-trump-eeuu-caretas

11 noviembre 2016 36 comentarios 401 vistas
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La opción Trump

por Consejo Editorial 9 noviembre 2016
escrito por Consejo Editorial

La llegada del díscolo Trump a la Casa Blanca no me sorprende, es parte del juego. Hoy los republicanos toman el poder porque los estadounidenses estaban cansados de Obama y de los demócratas, a su juicio mover el dominó resolverá las cosas. Dentro de uno o dos periodos electorales sucederá lo mismo y los demócratas retomarán la mayoría. Ese es el juego, las reglas son sencillas.

Les tengo que ser sincero, si me daban a escoger entre los dos, me decidía por Trump. Es cierto que es un loco, que ha amenazado con parar lo que se ha avanzado en las relaciones con Cuba, pero la Clinton es a mi juicio, mucho más peligrosa. Su currículo como Secretaria de Estado y los intereses a los que representa lo demuestran.

Radio Martí miente una vez más sobre Cuba. Esa es su misión.

Veremos qué hace Trump con Cuba. Es cierto que hizo esas declaraciones en Miami, pero lo hizo frente a los integrantes de la brigada mercenaria 2506, otra cosa no podía hacer. Hillary ganó en Miami Dade con el 64 % frente al 34 % de Trump y en Broward lo hizo con el 67 % mientras Trump quedaba con un 31 %. Esos números demuestran que la inmensa mayoría de los cubanos residentes en Estados Unidos quieren una relación normal con su país y alguien tan pragmático como Trump no debe pasarlo por alto.

Por ahora solo espero que Obama, ahora sin compromisos electorales con su partido pueda en lo que le queda de presidencia desarticular más el bloqueo y eso lo puede hacer. Si se avanza en las relaciones económicas, si los inversores norteamericanos vienen Cuba, no importará la mayoría republicana en el Congreso, porque quien manda es don dinero.

¿Estaré equivocado al decir que es mejor Trump que Hillary? Bueno, lo que haría la Clinton nunca lo sabremos, pero les propongo vernos en este mismo blog dentro de un año y analizar qué es lo que ha hecho Trump.

Pd: El 16 de abril de 2016 en su Informe Central al VII Congreso del PCC, Raúl convocó a la realización del ejercicio Bastión 2016 para el mes de noviembre. Radio Martí manipula la información y lo presenta como una reacción inmediata de Cuba a la victoria de Trump.

9 noviembre 2016 104 comentarios 461 vistas
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El disimulado camino del empobrecimiento en Cuba

por Consejo Editorial 7 noviembre 2016
escrito por Consejo Editorial

El país parece dispuesto a considerarse fuera de esa situación que significó el Período Especial. Una completa superación de esa época implicaría no solo condiciones objetivas distintas sino que estas creen una visión subjetiva igualmente diferente.

Algo difícil cuando seguimos arrastrando cosas que fueron concebidas bajo la óptica de la supervivencia de los años 90.

Si bien estamos aún demasiado cerca en el tiempo, estamos ya lo suficientemente lejos como para mirar atrás y ver una época de transición entre la profunda crisis y el momento actual. Esta transición puede verse del año 2000 al 2010 para quién prefiere una rígida ubicación cronológica. Otra opción es entre el inicio de la Batalla de Ideas y la elaboración de los Lineamientos.

Incluso hay más variantes de principio y fin. Lo importante es que ese lapso define un túnel que nos condujo de la crisis absoluta al arribo a un estado más favorable, si bien no ideal.

Algo en lo que se están dando pasos importantes es en la solución al tema de los bajos salarios, el pobre poder adquisitivo de la moneda nacional, y la eliminación definitiva de la doble circulación. Recientemente se han implementado con mayor o menor impacto y celeridad, aumentos salariales en aquellos sectores que reciben inversión extranjera o dan un aporte al presupuesto nacional como los servicios de salud.

Es de esperar que de continuar esta política en un futuro cercano el poder adquisitivo de una parte de los cubanos sea mayor.

Pero hay un fenómeno que se mueve en dirección contraria.

Ese fenómeno es el encarecimiento que han tenido productos que inciden notablemente en la calidad de vida, el bienestar y el acceso al desarrollo. Se trata de los llamados electrodomésticos de primera necesidad.

Si bien la mayoría de los productos y servicios estatales han mantenido los mismos precios e incluso recientemente algunos alimentos han tenido controvertidas rebajas, las cantidades a pagar por refrigeradores, televisores, cocinas, etc en pocos años se han más que duplicado.

Un refrigerador mediano en el 2006 costaba entre 400 cuc y 600 cuc con varias opciones, hoy cuando se encuentra un equipo similar como única opción cuesta entre 700 y 900 cuc.

Un televisor de 21 pulgadas en el 2002 iba desde un Daytron por 260 cuc hasta un Sony Trinitron por 640 cuc, con un abanico de marcas y precios entre ellos. Con la irrupción del Atec Panda como opción exclusiva, el precio para adquirir un televisor saltó hasta 450 cuc. Con el tiempo bajó a 300 por el Atec y 330 por un Panasonic.

En esta época de televisores LCD y LED, en el Tercer Mundo todavía se venden televisores de tubo de pantalla a menor precio, entre 150 y 200 dólares. Aunque los televisores modernos se abaratan cada vez más, muchas personas pobres que no pueden comprarlos al menos disfrutan de la TV en uno tradicional.

Pero en Cuba esa lógica no existe y los televisores tradicionales de tubo de pantalla han desaparecido. Ni siquiera para combinarlos con las cajas decodificadoras de televisión digital. Las empresas estatales solo importan televisores LCD o LED y recientemente se ha comenzado la fabricación nacional de estos bajo las marcas KONKA, Soyea y ATEC.

El resultado de esto es que una persona que quiera ver televisión está obligada a pagar 399 cuc por uno HD de 32 pulgadas y 1080 p sin tener absolutamente otra opción. Porque ni siquiera los hay más pequeños.

Es como obligar a entrar por la fuerza al siglo XXI a un país que en muchos aspectos aún anda atascado por sabrá Dios dónde en el siglo XX.

Con las cocinas el caso ha sido más impactante, adquirir una con horno hace unos años implicaba el gasto de unos 250 cuc mientras hoy las tiendas exhiben solo modelos de más de 400 cuc.

¿Cómo puede comprar una familia cubana uno de estos equipos? ¿Ahorrando ahora más del doble de lo que tenía que ahorrar antes? ¿Qué a los que tengan familiares emigrados les envíen más del doble? ¿Qué los que ya se corrompían antes roben ahora más del doble?

La realidad es que este fenómeno nos está haciendo cada vez más pobres en medio de una ilusión de aires acondicionados, televisores de 50 pulgadas y piscinas inflables.

En los supermercados de países cercanos, templos del capitalismo que tanto criticamos, se pueden encontrar opciones para que personas de distintas economías compren, con rebajas incluidas. Quienes, viviendo en cerros y favelas, quedan por debajo incluso de ese rango, van a tiendas de barrios o de segunda mano y ahí compran una cocinita, un refrigeradorcito o un pequeño TV para ver telenovelas. No dejo de reconocer que millones, es cierto, no pueden ni siquiera hacer esto.

Pero en Cuba no hay abanico alguno, no hay niveles, no hay más opciones que las que las tiendas estatales imponen. Junto al monopolio de la insuficiente importación, el Estado impone la exclusividad de la venta, y con ella la dictadura de los precios.

¿Acaso el bloqueo lo justifica? ¿Dónde está la política social, donde está explicación lógica, la moral en vender un simple refrigerador por 900 cuc?

No se puede achacar el aumento del costo de la vida solamente a la acción especulativa del sector privado, la de los vendedores agrícolas, de los transportistas o del ridículo espiral de precios de la gastronomía. El propio Estado promueve dinámicas que provocan el encarecimiento.

En el Período Especial era impensable pretender que una familia cubana pudiera adquirir con su trabajo y sus ahorros, ni siquiera a plazos, uno de esos artículos necesarios. Pero ya no estamos en el Período Especial. Por eso debemos ver las cosas en su justo lugar. Porque aquella excepcionalidad justificaba situaciones que ahora son injustificables.

El Estado cubano en su carácter socialista proporciona sin dudas muchas cosas, pero no podemos continuar perdiendo la perspectiva y la recaudación de fondos no puede seguirse haciendo en contra del acceso al bienestar del mismo pueblo al que se asiste.

No se puede en nombre del pueblo, esquilmar al pueblo.

7 noviembre 2016 65 comentarios 500 vistas
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Lo que pasaría en Cuba

por Consejo Editorial 4 noviembre 2016
escrito por Consejo Editorial
4 noviembre 2016 120 comentarios 410 vistas
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