A ocho años del histórico 17 de diciembre de 2014, fecha en la que los gobiernos de Cuba y Estados Unidos anunciaron el restablecimiento de relaciones diplomáticas tras décadas de hostilidad política; resurgen las expectativas de un nuevo acercamiento entre La Habana y Washington.
Desde su fundación, La Joven Cuba ha mantenido una agenda crítica con respecto a las sanciones y la tradicional política de aislamiento de la nación norteña hacia los cubanos. Por ello acompañamos y respaldamos el proceso de normalización iniciado a finales de 2014, a la par que desde nuestras páginas hemos identificado los cambios económicos y políticos que Cuba necesita. Ambos factores representan la hoja de ruta para la construcción del país moderno y soberano que aspiramos ser.
El recrudecimiento del llamado bloqueo, durante los años de mandato del presidente estadounidense Donald Trump, ha tenido un impacto negativo sobre la ciudadanía cubana, que enfrenta una economía en abrupto descenso, con la correspondiente escasez de productos y servicios de primera necesidad, y que por demás, debe sufrir los efectos de un cerco financiero y comercial de la mayor potencia económica del planeta.
Durante la época conocida como “deshielo”, que se extendió hasta el final del tiempo que Obama ocupara la Casa Blanca, ambos estados avanzaron en temas relacionados con el comercio, la migración, el enfrentamiento al narcotráfico, la lucha contra el cambio climático y el intercambio cultural.
Raúl Castro y Barack Obama. (Foto: Granma)
El acercamiento entre los dos gobiernos tuvo un impacto positivo en el sector privado de la Isla, beneficiado a partir de la visita de turistas estadounidenses. Asimismo, hay que mencionar las ventajas en los ámbitos académico y científico, en tanto fueron meses de gran intercambio y visitas en ambos sentidos.
No obstante, en aproximadamente el año que duró el proceso de normalización, los principales reclamos de Cuba —entendidos como la derogación de las sanciones económicas, en especial aquellas respaldadas por leyes y que por ende solo el Congreso podría eliminar, unido a la devolución de la Base Naval de Guantánamo— no fructificaron para la Isla.
Con la llegada de Donald Trump a la presidencia, las conversaciones y el intercambio bilateral sufrió grandes retrocesos. Entre los principales reveses figuran la retirada de gran parte del personal diplomático de la embajada en La Habana, el congelamiento de la entrega de visas, la restricción de vuelos y los obstáculos para el envío de remesas.
(Foto: Redradiove)
Aun cuando el panorama actual da señales de avances en materia diplomática, de ahí que recientemente funcionarios y congresistas estadounidenses hayan visitado Cuba, se retomara el Programa de Reunificación Familiar y se restablecieron los servicios consulares; el mandato de Biden no ha representado cambios significativos a nivel político.
La Joven Cuba insta a la administración Biden a cumplir su promesa electoral de normalizar relaciones con Cuba y poner los intereses de ambos pueblos por encima de las diferencias ideológicas. También exhortamos al gobierno de la Isla a generar incentivos que hagan posible esta mejoría en las relaciones. La normalización no solo es acto de justicia con el pueblo cubano y la comunidad internacional, también generaría dinámicas de apertura económica y política para el país que son de interés nacional.
25 comentarios
Los comentarios están cerrados.
Agregar comentario