Hace alrededor de un mes participando es este blog que me apasiona, en un artículo publicado sobre la situación de los estudiantes puertorriqueños, Josep Calvet, asiduo lector de los artículos que se publican en La Joven Cuba y defensor al igual que nosotros de la causa cubana me instaba a referirme en un post a la óptica de los estudiantes cubanos sobre los que se ha dado en llamar proceso de disponibilidad laboral en nuestro país. De antemano digo que el proceso de disponibilidad me ha afectado muy directamente, ya que mi madre quedó disponible en su trabajo, por lo que independientemente del análisis lógico y dialéctico que pueda yo desarrollar, no opino fríamente alejado de lo que se siente estar disponible.
Las causas de la inflación de las plantillas de las empresas en Cuba a mi juicio están muy claras, evidentemente se ha sido ineficiente en la planificación y en la creación de centros de trabajo y de sus plantillas, muchas veces con el objetivo de dotar un determinado territorio de determinados servicios de interés para la población o la economía, se han creado oficinas, centros o departamentos sin tener en cuanta el nivel de ocupación real o demanda que pueden tener. O en el sector empresarial donde ciertamente el volumen de trabajo es desagregado entre demasiados trabajadores y la labor que pueden hacer bien tres lo estaban haciendo cuatro. Pero la eficiencia, según los clásicos, es una característica del socialismo, así tiene que ser necesariamente y ya lo he dicho en otros artículos, hasta el punto de que lo que no sea eficiente no puede ser socialismo. Si hasta ahora así no ha sido, hay que hacer que así sea, no hay otro camino.
Pero poniendo como ejemplo una empresa cualquiera, al analizar según la legislación que norma el proceso de disponibilidad laboral, quién puede ser el más afectado, un recién graduado, con muchos conocimientos teóricos y sin mucha experiencia práctica, o los que llevan, digamos, toda una vida trabajando, indiscutiblemente los primeros estarían en mayor desventaja. Esta fue una problemática que desde el comienzo surgió dentro de la población cubana y especialmente entre los jóvenes, hasta que afortunadamente se aclaró que las plazas para adiestramiento laboral que poseen cada uno de los organismos (empresas o entidades) eran intocables, para lógicamente dar la posibilidad a los “nuevos” de demostrar su valía y que en un momento determinado poder competir con otro trabajador y para esto se cuenta con aproximadamente dos o tres años que es lo que dura el servicio social y el adiestramiento laboral, porque es ciertamente la juventud el relevo de todas las generaciones precedentes y hay que prestarle la mayor atención y no puede, bajo ningún concepto, ser olvidada.
Sin dudas creo que es necesario el proceso, es económicamente y lógicamente necesario, pero muchos podrían preguntarse, ¿habrá entonces desempleados en el socialismo?, estoy seguro que no, se ha dicho también muchas veces, ningún cubano quedará olvidado, es una garantía en la que todos confían, trabajo hay en Cuba de sobra, pero la fuerza laboral está mal distribuida, por lo que los trabajadores que queden disponibles, podrán optar con opciones de trabajo en diversos lugares, quizá dentro de la misma empresa o en otras de otras ramas de la producción o los servicios o el nada despreciable trabajo por cuenta propia.
Este paso es importante en la búsqueda de la eficiencia económica, imprescindible para el logro de los objetivos de nuestra sociedad, que aunque aún nos falta mucho por hacer, marcha con pasos firmes hacia la victoria. Antes de concluir quiero aclarar el caso de mi madre, que afortunadamente la propia empresa le ofreció una plaza desocupada en su misma instalación, que curiosamente tiene mejor salario, pero que era ocupada por terceros contratados para realizar esta tarea.
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